martes, 29 de marzo de 2011

26 GUARDIAS

26 GUARDIAS

¿Alguna vez has sentido la urgencia de orar por alguien y lo has dejado para mañana? Lee
este testimonio: un misionero en vacaciones contó la siguiente historia cuando visitaba si
iglesia local en Michigan, EU.
“como misionero en un pequeño hospital en área rural de áfrica, cada dos semanas viajaba a
la ciudad en bicicleta para comprar provisiones y medicamentos.
El viaje era de dos días y debía atravesar la jungla. Debido a lo largo del viaje, me era
necesario acampar en el punto medio, pasar la noche y reanudar mi viaje temprano al día
siguiente. En uno de estos viajes, llegue a la ciudad donde planeaba retirar el dinero del banco,
comprar la medicina y los víveres, y reanudar mi viaje de dos días de regreso al hospital.
Cuando llegue a la ciudad, observé a dos hombres peleándose, uno de los cuales estaba
bastante herido. Le cure sus heridas y al mismo tiempo le hable de mi señor Jesucristo.
Después de esto, reanude mi viaje de regreso al hospital. Esa noche acampe en el punto
medio y a la mañana siguiente reanude mi viaje y llegué al hospital sin ningún incidente. Dos
semanas más tarde repetí mi viaje. Cuando llegué a la ciudad, se me acercó el hombre al cual
yo había atendido en mi viaje anterior y me dijo que la vez pasada, cuando lo curaba, él se dio
cuenta que yo traía dinero y medicina. El agregó: “unos amigos y yo te seguimos en tu viaje
mientras te adentrabas en la jungla, pues sabíamos que habrías de acampar. Planeábamos
matarte y tomar tu dinero y medicinas. Pero en el momento que nos acercamos a tu
campamento, pudimos ver que estabas protegido por 26 guardias bien armados”. Ante esto no
pude más que reír a carcajadas, y le aseguré que yo siempre viajaba solo. El hombre insistió y
agregó:” no señor, yo no fui la única persona que vio a los guardias armados, todos mis amigos
también los vieron, y no solo eso sino que entre todos los contamos”.
En ese momento, uno de los hombres en la iglesia se puso de pie y le pidió al misionero que
por favor le dijera la fecha exacta de cuando sucedió ese hecho. El misionero les dijo la fecha y
el mismo hombre le dijo la siguiente historia: “en la noche de tu incidente en áfrica, era de
mañana en esta parte del mundo, y yo me encontraba con unos amigos. Estábamos a punto de
comenzar un juego de golf, cuando sentí una imperiosa necesidad de orar por ti, de hecho, el
llamado que el señor hacia era tan fuerte, que llame a algunas personas de nuestra iglesia para
que se reunieran conmigo lo más pronto posible.” Entonces, dirigiéndose a la congregación
dijo: “todos los hombres que vinieron en esa ocasión a orar ¿podrían ponerse de pie por favor?
, todos los hombres que habían acudido a orar por él se pusieron de pie, el misionero no
estaba preocupado por saber quiénes eran, más bien se dedico a contarlos… en total eran
26….

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